jueves, 28 de octubre de 2010

¿Tienen algo que ver los medios de comunicación con la violencia que azota al fútbol?




Después de más de un mes sin actualizar el blog por problemas técnicos, hoy regreso escribiendo sobre un hecho que ocurrió hace algunas semanas en el fútbol, pero que no es un hecho aislado en este deporte.

El deporte es una actividad humana que se remonta a la antigüedad. Su mayor expresión en aquella época se vivió con los griegos, quienes veían al deporte como un símbolo del sistema educativo, con el que podían obtener un cuerpo saludable y atlético. Pero para los romanos durante la edad media, el deporte era un entrenamiento para los ejércitos que se preparaban para la guerra. También era un show en el que esclavos y gladiadores se enfrentaban a leones hambrientos.

A finales del siglo XIX nace el fútbol en Inglaterra. Un deporte que posteriormente se extendería por casi todos los países del planeta, distinguiéndose por ser uno de los deportes que mayor afición ha cultivado en el mundo. Además, como asegura Tucídides Perea Rosero en su libro Reglamento Oficial Ilustrado: Fútbol, “debido a su auge, el fútbol se ha convertido en una empresa multinacional que mueve en torno suyo grandes cantidades de dinero”. Esto ha generado que el fútbol sea una disciplina que se ubica en el centro de las sociedades modernas, sobre el cual gira una amplia agenda mediática y empresarial.

Desde su nacimiento en la década de 1860 hasta la actualidad, el fútbol se ha caracterizado por combinar las concepciones que los griegos, romanos y parte de la ideología capitalista, tenían sobre el deporte. El fútbol es pues, una proyección económica de los niños que aspiran llegar al profesionalismo, una forma sana de ejercitar el cuerpo y la mente; y un escenario en el que jugadores o hinchas se enfrentan como enemigos de guerra. Pero ¿Por qué en el fútbol se retoma ese aspecto violento que caracterizó al deporte romano?

Hace varios días, los noticieros de televisión, radio y periódicos más influyentes de Suramérica titulaban o publicaban en sus medios que el partido que jugarían Independiente y Defensor Sporting en la Copa Sudamericana, sería un duelo a muerte. Posteriormente, y durante el partido, un hincha agredió con una piedra al arquero de Defensor Sporting, dejando en evidencia el estado en el que se encuentra el fútbol de nuestro continente (y luego reclaman: “Juego limpio señores”)

Este estado puede reafirmarse si se revisan los archivos de los campeonatos del continente en los últimos años, en los que se han presentado desde agresiones entre hinchas, hasta batallas campales en la que no se diferencia a jugadores o aficionados.

Esos hechos violentos contrastan con la cantidad de campañas que se han organizado y que promueven la paz y el juego limpio. Incluso parece que entre más campañas de fair play se promueven, mayor es la reiterada sociedad de juego y violencia.

Entre estas contradicciones parece estar implicada la labor de los periodistas. El lenguaje empleado y el tono del discurso que comunican puede ser un impulsor de la violencia en los estadios. Es por eso que desde este medio llamamos a la cordura a quienes son el génesis de la opinión pública, a que miremos el fútbol como un deporte en el que se pueden descargar pasiones, sueños y hasta modos de vida; y no como un campamento de guerra al que llegamos con la intención de agredir físicamente al rival.

Es decepcionante que una persona, escondida bajo la identidad o el rotulo de hincha, termine agrediendo a los deportistas que se encargan de ejercer la labor de entretener a quienes simpatizan con dicho deporte. Por lo tanto es una acción que desde cualquier medio de comunicación es y debe ser rechazada.


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